sábado, 29 de junio de 2013

Soy day



Tengo algo que decirte pero no sé si te va a gustar. Soy day. Sí, finalmente lo asumí. Lógico, costó mucho pero... ¿Qué cómo me di cuenta que soy day? Bueno, déjame contarte que, si bien siempre lo supe, entré en razón hace poco. Estaba haciendo tiempo en una plaza, triste miraba a parejas sonreir, perros correr y viejos jugando al ajedrez. Pensaba que esos viejos podrían morirse en cualquer instante. ¿Cómo llegaron a esa edad? Claro, de la misma forma en la que llegué yo a la mía. Dejé de pensar en ello, y en cierto momento, encontré debajo del banco esta teoría. La teoría de los días, le dicen. Te preguntarás... “¿Qué es eso, comadreja?”. Bueno, significa que uno vive todos los días como si no fuera el último. Quizás algunos me digan “Comadreja, no sé si eso suena alegre o triste, pero yo también vivo así porque sino estaría llorándole a mis familiares todo el tiempo”. No, porque vos no te lo ponés a pensar. Vivis, y haces planes, y vivis, etc. Yo vivo todos mis días pensando que no será el último, pensando efectivamente que hoy no me voy a morir. Soy alguien que vive el hoy y sabe que hoy no le tocará morir. Y dicho así, suena hasta optimista, pero para quien nació con esta forma de vivir, no le es algo opcional.

Sé que hay muchos chicos days por ahí afuera, que no se animan a confesarlo. Pero quiero decirles que se siente muy bien decirlo. Armamos un grupo de Facebook hace poco con unos muchachos que conocí en un bar day y poco a poco vamos captando la atracción hasta de aquellos que no son days. Hugo, quizás el primer day de todos, se animó a convertir a Juan, un amigo de la primaria, en uno más de nosotros. Juan siempre pensaba que su muerte estaba cerca y cruzaba corriendo las avenidas con miedo a que el semáforo cambie de color en la mitad de su trayecto. Ya no más. Si bien sigue pensando en la muerte, al menos piensa que hoy no será el día en que se morirá. Nosotros, los days, quizás nos hagamos la cabeza pensando que existe la posibilidad de morirnos mañana, pero mañana, a fin de cuentas, termina contando como otro hoy entonces vivimos nuestra vida con felicidad, sabiendo que si nos viene a buscar la parca al día siguiente, dejaremos la vida en orden. Esto no significa que seamos tontos optimistas o que no nos deprimamos. Sí, nos deprimimos y hasta a veces, confieso, estoy avergonzado de ser day. Porque por más que piense que hoy no es el día, no existe un día en el que no piense en la muerte.

Jamás había escrito de esto. Es bueno poder expresarlo. Dirás “Sí, dale, comadreja, ya sabía que eras day desde un principio, se notaba de acá hasta al Congo”. Si, puede ser. Pero bueno, hoy me pareció que era el día para decirlo. ¿Mañana? Mañana quien sabe donde estaré.

No hay comentarios: