Un hombre bien vestido
asoma la cabeza. El trabajador que se encuentra sentado en la silla frente a su
escritorio le hace señas de que pase. El hombre bien vestido entra y cierra la
puerta. Con la otra mano está sujetando un clasificado. Está interesado por un
trabajo.
INTERESADO:
¿Vengo por el aviso?
TRABAJADOR:
¿Qué aviso?
INTERESADO:
El aviso del diario, que decía “Busco persona que entre a
oficina diciendo “vengo por el aviso”
TRABAJADOR:
Aah, está bien, está bien.
INTERESADO:
Y bueno, ¿tengo el trabajo?
TRABAJADOR:
¿Qué trabajo?
INTERESADO:
El trabajo, del aviso.
TRABAJADOR:
Aaah está bien. Está bien. Nah.
INTERESADO:
¿Qué? ¿Pero porqué no? No entiendo, dije lo que tenia que
decir
TRABAJADOR:
Sí, pero verá, usted dijo Vengo por el aviso? O sea, formuló
una pregunta cuando en realidad debería haber manifestado una afirmación.
INTERESADO:
Me está cargando!! Me vine desde Castelar hasta Nuñez
pensando todo el viaje que énfasis tenía que poner en la frase y me quedo
afuera por un signo de pregunta. Dejame de joder.
TRABAJADOR:
¿Le parece estar buscando trabajando y ser tan brusco?
INTERESADO:
Ese es mi apellido.
TRABAJADOR:
Está bien, eso carece de importancia en este momento.
Teniendo en cuenta la mala actitud que usted predispone, debería pasar al
siguiente hombre. Pero sin embargo, noto cierto carácter positivo, cierta
insistencia que podría tornarse favorita a la hora de conseguir el empleo., y
caso contrario, la nueva chance sería buena para que recapacite en cuánto a sus
modales.
INTERESADO:
Cómo no. Si, disculpe, fue un exabrupto. Me entiende. Estaré
más cuidadoso. Tengo que abrir la puerta de alguna manera...?
TRABAJADOR:
Si, girando la perilla.
El interesado sale de
la oficina y vuelve a entrar.
INTERESADO:
Buenas tardes. Vengo por el aviso.
TRABAJADOR:
¿Qué aviso?
INTERESADO:
El aviso. El aviso del diario, que decía “Busco persona que
entre a oficina diciendo “Vengo por el aviso“.
TRABAJADOR:
Aah, está bien, está bien.
INTERESADO:
Y bueno, ¿Tengo el trabajo?
TRABAJADOR:
¿Qué trabajo?
INTERESADO:
¡Pero usted me
está delirando! El trabajo, el trabajo del aviso
TRABAJADOR:
Aah está bien está bien. Nah, nah.
INTERESADO:
¿Qué? ¿Pero
porque no?? Dije NUEVAMENTE lo que tenía que decir.
TRABAJADOR:
No, porque usted dijo “Buenas tardes” primero, y nadie le
mencionó que tenía que agregarle dos palabras previas a lo que tenía que decir.
INTERESADO:
A ver, a ver. Me dijo que tenía malos modales, ¿no? ¿Qué
tiene de malo entrar y decir “Buenas tardes vengo por el aviso”? Aparte por lo
que me dijo, presiento que el trabajo trata sobre modales.
TRABAJADOR:
Asumir es tarea de perdedores. Y usted asumió algo y ahora
es un perdedor. Y aunque no le guste, ahora usted debe asumir que es un
perdedor.
INTERESADO:
No, no, porque en el aviso decía que diga “Vengo por el
aviso”, y yo a esas palabras las dije.
TRABAJADOR:
Bueh, bueh. Vamos de vuelta por última vez.
El hombre interesado
sale y vuelve a entrar a la oficina.
INTERESADO:
Vengo por el aviso.
TRABAJADOR:
Perfecto. Tiene el trabajo.
INTERESADO:
Vamos, vamos. Bien, bien. ¿Que tengo que hacer?
TRABAJADOR:
Espere que me paro. Venga para acá. Siéntese en esta sillita de la cuál yo no me separaba hace 20
años., y la próxima persona que venga y le diga correctamente “Vengo por el
aviso”, mándelo a la re puta que lo parió., y espere que venga un pelotudo que
se equivoque tres veces en mencionar la frase y ahí dele el asiento. El cheque
lo estará esperando abajo. Que tenga buenas tardes.