sábado, 21 de septiembre de 2013

Test de personalidad.




A veces se está a pasos de lograr lo que uno quiere, pero no lo sabemos. De más está decir que se debe a que no se sabe lo que uno busca. Ese sentimiento de "Vinimos al mundo por algo" que tenemos todos. O no. Algunos no lo tienen, y simplemente ven correr sus días sin demasiadas modificaciones, siempre esperando que del cielo caigan centenares de billetes verdes porque la plata hace a la felicidad. Después de tantos palmares tan personales como poco aplaudibles logramos observar, haciendo un repaso breve, que nos hubiera gustado desperdiciar nuestras vidas de una forma más jugosa. ¿Pero qué sucede cuándo no se tiene personalidad? ¿Se puede no tener personalidad? Y si se tiene... ¿Cómo se sabe si es la correcta? ¿Cómo se sabe si esta personalidad que adoptamos e intentamos respetar porque creemos que representa nuestra manera de ser, no está en realidad evitando que nuestras vidas sean más felices y completas? ¿Acaso no nos están limitando?

Hace unos meses observé una situación que me llamó la atención. Deambulaba una tarde por el microcentro, y a mi costado un hombre hablaba por teléfono con otro de su sexo al que le mencionaba casi incansablemente que lo extrañaba, que era su amigo, y demás cosas. Al cortar, su rostro cambió. Se mostraba acongojado y con expresiones parcas. Intuí que volver al trajín rutinario lo deprimía de sobremanera y por eso se dedicaba a imitar a un amigo que jamás querrías tener. Segundos luego, volvió a sonar el celular. Era nuevamente este supuesto amigo. No había logrado retener la conversación anterior, pero ahora, más concentrado en lo que sucedía a mi izquierda, puse en pausa la radio en mi celular y aún con los auriculares puestos me encargué de prestarle mayor atención al diálogo. Era forzoso. Un cúmulo de mentiras obvias salían de su boca. Podría reproducir algunas frases pero no tendrían fuerza porque la alevosía de sus falsedades se percibía en sus gestos. Ahora, este hipotético amigo bien podía ser el hermano de su mujer con el que intentaba congeniar para no poner en juego su relación o el primo de su jefe con quién tenía una amistad a regañadientes para no ofuscar a su patrón, pero me invitó a analizar este asunto que cotidianamente se conoce como "caretaje".

¿Qué significa la palabra "Careta", al menos en el sentido en que la usamos con regularidad? Abreviando el asunto, alguien que pretende ser alguien que no lo es. Sin embargo, esto no significaría necesariamente una falta de personalidad, sino una personalidad ambigua, que se vende al mejor postor, o que mejor dicho, nos da verguenza aceptar. El problema mayor aparece cuando la exageración entra en juego, y aquí nos podríamos correr (sí, pocos metros pero algo) de la palabra "Careta", que como dije, sigue atada a estas "cosas que pasan". Cuando hablo de exageración, hago mención a exacerbar algo que puede ser o no, pero que en ninguna forma es lo que esa persona dice que es. Teniendo este ejemplo a mano y planteando la hipótesis de que este hombre era en realidad su amigo, las palabras de cariño y la repetición de que esta persona es su amigo cada veinte palabras no hacen más que desenmascarar que lo que sucede ahí no es tal, y que sus expresiones son en realidad deseos de lo que le gustaría que sucediera, deseos de lo que le gustaría tener. Porque cuando no tenemos algo (pasión, amor, deseo, amistad) parecería que deberíamos exagerar lo que tenemos como si así pudiésemos valorarlo cuando en realidad sólo lo estamos alejando más. ¿O acaso a alguien le gustaría que una persona con la cual tenemos afinidad nos moleste con frecuencia para volver a recordarnos que es nuestro amigo mientras estamos hablando de un plan normal que no da a lugar emotividades?

Pero también sería injusto si me pondría a destacar a todos aquellos que dicen lo que piensan sin siquiera pensar. Aquellos que poseen una personalidad definida pero que están extremadamente orgullosos de la misma, como si no hubiera una mínima chance de error en sus teorías. "No soy forro, soy realista" debe ser de las frases más mencionadas en esta línea. La sinceridad siempre debe estar a flote, pero bien debería uno pensar las palabras que elige para ciertos momentos con el fin de no terminar ofendiendo a la persona que tiene enfrente, siempre y cuando los una una relación familiar, de amistad o laboral. Se puede ser sincero y respetuoso a la vez, una cosa no elimina a la otra.

¿Entonces hay que decir, de forma gentil o irrespestuosa, todo lo que pensamos? Bueno, quizás no, porque no todo lo que pensamos probablemente esté bien. Y cuando digo "bien", me refiero a que con el paso de los días quizás aquello que nos parecía "bien" luego nos parece "mal". Quizás no estamos tan convencidos de ese pensamiento. Entonces debemos contemplar bien aquello antes de mencionarlo, y una vez dicho, buscar las palabras precisas para que nuestro mensaje pueda no ser malentendido.

Mientras escribía estos párrafos, pensaba que quizás haya quien tenga estas personalidades exacerbadas y esté leyendo esto. Dicho sea de paso, quizás yo sea preso de alguna de estas actitudes que enumero y todavía no me haya dado cuenta. En todo caso, esto les servirá para meditar acerca de qué es conveniente para la vida de uno. Puede hacerlo pensar. O bien puede comentarme alguna palabra de agrado pero luego denostarme en su cabeza. Porque sale gratis y es más fácil. Es más, sale tan gratis como un test de personalidad.

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